martes, 21 de agosto de 2012

Historia del Arce Buergerianum (1) -parte 2-


Capítulo anterior

Historia del Arce Buergerianum (1) -parte 1-


Pom pom pom pompóm pompóm pompóm pompóm



Sí, sí. Es difícil escribir música sin pentagramas. Pretendía ser la marcha fúnebre de Chopin.



Y es que en esta ocasión comienzo con el final. El final del arce buergeriano que os presenté aquí hace solo unos meses. Supongo que lo fácil hubiera sido no volver a hablar de él, y ojos que no ven, farola que se comen… digo...corazón que no siente. Vamos, que si no vuelvo a mentar, nadie tenía por qué pensar que el arce había muerto, bueno, lo más probable es que nadie se acordara ni de que tenía un arce. Aún así, considero necesario mostrar todos los finales, aunque esta vez, en lugar de comer perdices, comamos shushi con anisakis.

Para haceros memoria se trataba de éste:





Ya comentaba en la entrada anterior que nunca gozó de buena salud, y me gustaría no pensar que el árbol pudo ser vendido portando algún tipo de enfermedad. Con lo cual, siempre he achacado sus problemas a la poca cordura y sentido común a la hora de hacer sus trabajos, como os mostré en la historia del árbol. Era como si se retorciera de dolor, ante su sanguinario dueño, tras cada una de las escabechinas que le preparaba. Sin embargo, y a pesar de reconocer mi parte de culpa, experiencias ajenas hicieron que empezara  a centrar mi atención hacia un problema de hongos.




-Pues vuelta y vuelta con un par de huevos en la sartén con un poco de aceite y sal  y tienes un revuelto exquisito- pensará alguno que este leyendo esto hacia las 15,30h. con el estomago aún vacío.


-No, hambriento amigo, se trata de hongos imperceptibles que entran en los tejidos vivos de la planta y los va deteriorando.


-Bueno, la solución es sencilla.- me rebate el hambriento lector


-Pues no creas-le vuelvo a contestar- muchas veces tan solo somos capaces de mantenerlos parados pero finalmente terminan por matar el árbol.


-Ah, no, me refería a que mi hambre tiene fácil solución: me como un pequeño tentempié en lo que espero para comer, mientras sigo leyendo como terminas de cargarte el árbol.


-Muy gracioso tú…




En fin…leyendo casos similares y comentando el problema con aficionados expertos en la materia, la conclusión era clara. Cabía la posibilidad de que portara el temido verticillium.

Sin embargo, yo como humano que soy, pienso lo mismo cualquier persona, se encuentre en el rincón del mundo que se encuentre:



-Que va… eso solo le pasa a los demás…esto es un problema de cultivo…




Y continúe cuidándolo normalmente. Al principio aislado, del resto, y al mismo tiempo que parecía coger algo de fuerza, yo también fui cogiendo algo confianza para volver a traerlo con el resto de su pintoresca familia vegetal al final de este último invierno.

Craso error.

En primavera la brotación fue tan débil como siempre: hojas aboyadas, que poco a poco van secando.

¿Malo? No, peor.

Los dos arces que estaban alrededor, dos montpellier, empiezan a  tener las hojas con los mismos síntomas que el buergeriano del lado en el que colindan.

tanto uno





como otro




Hasta aquí hemos llegado.

Parece ser que uno de las señales significativas que presenta este tipo de hongo es una mancha en el interior del tronco que recorre parte de los anillos de crecimiento.

Así que, al ver el árbol en coma inducido, contagiando a los demás y pensando en que de todas formas cortaría ese ápice, decidí tomar medidas. Efectivamente, las medidas del tronco en la zona del ápice para saber que podadora utilizar. Conocidas las dimensiones decidí qué herramienta podadora utilizar: la única que tengo.

Llegó el día d y la hora h.

Salgo al patio erguido y decidido empuñando fuertemente una podadora perfectamente engrasada y afilada, mientras en la otra porto un sucio tubo medio vacío de pasta cicatrizante. El sentimiento del  vegetal es el mismo que el de un ser humano amarrado a una silla viendo entrar a un ser 15 veces mas grande que él armado con hachas y tiritas. El silencio reina en todo el patio. Los árboles nacidos de semilla, con apenas 3 años no logran entender como es posible que ese individuo que les sembró y aún hoy les riega, cuida y abona esté pensando en hacer semejante atrocidad. Mientras tanto, los más ancianos del lugar, recuerdan situaciones parecidas vividas en el pasado. Respiro peor. Hay menos oxígeno. Probablemente el miedo les priva de realizar correctamente la fotosíntesis.

¿Tendrá el hongo en la madera? Salgamos de dudas:

Piribiiiii   piiiii piri biri biii pi

Ah, no, que ya no hace falta escribir la música sino oírla. Veamos lo que ocurrió. Las escenas mas dramáticas son evitadas por la cámara para no herir sensibilidades.







Tras estas duras imágenes, comprobamos tristemente, que la madera está afectada. Ah sí, también, también comprobamos que la música que escribía esta vez era "tocata y fuga" de Bach. Me pregunto si alguien acertaría solo con su lectura...


Repasemos síntomas: mancha del tronco, brotación débil, hojas con forma de garra y abolladura, terminan secándose…no lo puedo decir al 100 % pero todo apunta a que era portador del temido hongo.



Una semana estuvo agonizando en un rincón. Solo. Recibiendo únicamente la visita de ciertos bichejos que, cual buitres carroñeros, no iban buscando más que ver si sacaban algo de provecho. La excesiva debilidad del árbol no pudo soportar la peligrosa intervención en la que confirmamos el peor de los augurios.


Muerte triste y solitaria de un enfermizo árbol que nunca llegó a levantar cabeza y mucho menos a mostrar el maravilloso esplendor y colorido característico de la especie.

-QPMV-


-Querrás decir QEPD: Que En Paz Descanse-Reprochará absolutamente convencido ese amigo lector que compra el periódico solo para leer las esquelas.


-No. QPMV: Que Puñetas Me Vendieron.


Supongo que comprar a distancia, con una foto pequeña,  totalmente deshojado y sin referencias del vendedor, no es la mejor manera de comprar un árbol. Bueno no es la mejor manera de comprar nada. Quizá haya aprendido la lección. O no.



-Itxe, ¿puedo decir unos palabras sobre nuestro compañero buergerianum?-interrumpe el ficus retusa, el árbol que más tiempo lleva en mi patio y siempre cerca del arce.


 -Sí, claro, pero se breve, por favor.


-Hecho. Ains, nuestro “buergue” ¿Qué decir de este arce que no sepáis?


-Muy bien, más breve imposible. Si no sabes que decir supongo que has terminado ya, ¿verdad?  Trae el teclado, que continúo. Gracias ficus.


-Jo Itxe, espera un poco-insiste el retusa- fue siempre mi compañero, siempre en mi misma estantería. Juntos hemos pasado frío y calor, risas, miedo.... Los dos sufrimos las novatadas de Itxe. Sus primeros trasplantes, sus olvidos en los riegos, sus deficientes abonados, sus pésimos alambrados… sin embargo, y a pesar de esas perrerías se esforzaba en cuidarnos...


-Bueno, bueno- salta con cierto  retintín uno de los montpellier- poco esfuerzo cuando se ha cargado a nuestro compi y  amigo.


-¡¿Será posible?!-Contesta desde lo lejos la encina- retira eso ahora mismo, ¿acaso a ti no te cuida? ¿Te falta de comer? ¿Te falta de beber?


-¡Pues no lo retiro, el arce se podía haber salvado! ¡El corte lo remato! ¡Lo ha degollado!


-¿¡Perdona?!-vuelve a responder la encina enfadada- El arce estaba sufriendo, no sujetaba ni las ramas, su muerte era inminente. ¡Y si tienes algo contra mi, sal de la maceta y dímelo a la cara!



Poco a poco, todos se van enzarzando en la discusión mientras el palmatum de dos años de edad  rompe a llorar al ver semejante tensión en el patio, hasta ahora desconocida, mientras sus lánguidas ramas se me enganchan en el polo como si estuviese abrazándome en busca de cariño y protección.



-¡Silencioooo!-grita el ficus consiguiendo que callaran todos en el acto.-

-¿Qué son esos gritos?-pregunta una vecina nerviosa mirando hacia el patio.

-Nada señora, la tele, ya sabe, los programas del corazón, todo el día gritando –a ver como explico yo a esta señora que mis árboles hablan.

-Pues bájala, hombre, que asustada he estado a puntito de llamar a la policía.

-Ahora mismo señora, y disculpe- contesto avergonzado y menos mal, a estos si que no les convencía.
 
- ¡Estaba hablando yo!-continua el ficus- A ver Montpellier, ¿De verdad crees que Itxe no nos cuida? ¿Has visto tus hojas secándose no? El “buergue” te estaba pegando sus hongos.  ¿Cuánto crees que ibas a durar si mantenemos al arce aquí entre nosotros? ¿Y cuanto crees que ibas a durar ahora si Itxe no te tratará los efectos del contagio? ¿Se te ha olvidado ya que vienes de una escombrera? ¿Quién te saco de allí? Nuestro arce estaba muy mal, iba a caer en cualquier momento. Y te lo digo yo, que he sido su compañero desde el primer día que vino, cuando tú aún no estabas aquí.

-Jo, es verdad, perdona Itxe-contesta dirigiéndose hacia mi con las hojas gachas-si es que no hablo yo… es el duelo que llevo dentro, que habla por mí… éramos tan amigos…


-Nada, nada, levanta el ánimo que aún hay que pasar el verano sanos.-le contesto.


-Ay  “buerge” -continua el retusa- parecía ayer cuando me reía de tus abolladas hojas, fruto del desconocimiento de la enfermedad que padecías. ¡cuán cruel fui! y fíjate hoy, ahí, de palo presente. Los hongos pudieron contigo. Pero amigo, tu lugar nunca será ocupado por ninguna otra planta, y no solo porque Itxe haya aprovechado para colocar la regadera, sino porque siempre estarás en el corazón de nuestro fino tronco. Gracias por estos minutos, Itxe, ya puedes proceder al desentierro.


Y es que es así. Paradójicamente cuando un árbol muere lo desenterramos en lugar de enterrarlo, así que tras su triste desentierro toca  centrarse en el buergerianum aragonés. Que no es que se parezca al conocido entrenador de futbol, sino que llegó a casa desde Aragón a principios de año. En futuras entradas quizá os lo presente.


En cuanto a los dos monspessulanum, aplicación de fungicida y a esperar que no se instale el hongo en su interior. De momento parece que no ha ido a mas, o sea, a menos… vamos, que el árbol no va a menos porque la infección no va a mas. al menos no veo ningún síntoma mas. Explicado queda.. mas o menos.


Sed buenos, ni más ni menos.





ITXE

miércoles, 1 de agosto de 2012

Entrada número 20-Momento de reflexión-


No es de extrañar que existan artículos, tesis y publicaciones sobre las preferencias del consumidor, porque realmente es un fenómeno digno de estudio. Ya son 20 entradas escritas, y cada vez son más los lectores, muchas veces anónimos u ocultos, que me dicen cosas como:



-Estás loco, tío.

-Joe, Itxe, estás como una chota.



Opinando, además, que son artículos largos:



-Itxe, te enrollas más que un político por no pronunciar la palabra rescate.



Y la gran mayoría llegan a la misma conclusión:



-Algún día deberías probar con una entrada que fuera cuerda y corta.



Cuerda y corta… ¡Y luego el demente soy yo!


En fin, como estamos para servir y el pueblo ha hablado he aquí vuestra petición.








No sé si queriais una cuerda más corta o está bien así… En cualquier caso, y a pesar de seguir el consejo de las extrañas preferencias del lector, no creo que un blog dedicado al bonsái tenga que tener entradas de sogas, cuerdas y cordeles. A juzgar por esas preferencias, el desvarío parece habitar en el lector en lugar del narrador.


Para disipar la incertidumbre de sobre que lado del tejado está la pelota del delirio, haremos un estudio sobre las particularidades del consumidor. Pare ello, emplearemos la herramienta de análisis sobre el nivel de utilidad mediante las curvas de preferencia.


Tomada la primera muestra poblacional se ha dividido a los lectores en 3 subgrupos.


Por un lado se encuentran los lectores asiduos, frecuentes y caracterizados por tener grandes bonsáis.



-Si son grandes dejarían de llamarse bonsáis- pensará aquel lector que no leyó la última entrada del mes pasado referente a la taxonomía del bonsái según tamaño.



En este caso, la acepción de “grandes” iba referido a importantes, buenos, muy trabajados, de exposición…


Este primer grupo, para que acepte una unidad adicional de entrada de una “cuerda corta”, debe de ser compensado con unidades de entradas de “bonsái” mas técnicas y trabajadas. Por tanto, la pendiente de la curva de indiferencia sería positiva, puesto que las entradas referentes a una  “cuerda corta” serían consideradas como un mal.






Por otro lado,  se encuentran aquellos que aún dentro del mundo del bonsái, entran con la idea de pasar un rato divertido... bueno, vale, dejémoslo en entretenido.



-¿Cuál es el perfil de este subgrupo?-pregunta dudoso el lector que no sabe en cual incluirse.


-Cualquier perfil puede incluirse en cualquier grupo, amigo lector. Ya sea perfil narigudo, chato, con barriga, delgadito…


-Itxe, yo también empiezo a pensar que estas algo tarado…me refiero a sus preferencias.


-Ah, pues explícate, hombre… a exponerlo iba…



Sus preferencias son los arbolitos, que duda cabe, pero si alguna entrada trata sobre una cuerda, preferentemente corta, tampoco se sienten decepcionados. Sin embargo, cuanto más se hable de “bonsái” existirá más satisfacción, sin sentir la necesidad de desarrollar una entrada de la famosa “cuerda corta”. Esa neutralidad formará la gráfica de la siguiente manera.







Al final, se encuentran aquellos lectores, que aún siendo ajenos al mundo del bonsái, han descubierto este blog, que independientemente del tema que se trate, entran a leer  estas disparatadas entradas y pasar así esa tarde lluviosa de un domingo cualquiera, es decir, su utilidad depende la cantidad de lectura, independientemente de que se hable de “bonsái” o de una “cuerda corta” . En este caso la curva de indiferencia queda representada en su forma clásica, moviéndose libremente a lo largo de dicha curva en función de cada lector.





Analizando las tres curvas unidas en un solo gráfico y con una línea a 45º de referencia (en color rojo), podemos aclarar a dónde vamos a parar.





-¿Analizar? ¿¡Me vas a hacer pensar e interpretar resultados!?-exclama asustado ese lector  recién levantado de la siesta.



Tranquilos todos. Según el estudio empírico sobre su análisis morfológico y no matemático que nada tendría que ver en la materia que nos compete, la conclusión es plenamente esclarecedora. La unión de los tres tipos de preferencias y adheridas por los vértices AA, BB y CC formarían una punta de flecha orientada hacia abajo (zona roja de la siguiente gráfica) dando a entender que las entradas referidas a una “cuerda corta” son no solo irrelevantes sino que  incluso contraproducentes.




Ceñidos pues a los resultados obtenidos, podemos desarrollar 2 conclusiones:


 
Primera: Las entradas referidas a una “cuerda corta” carecen de interés y no aportan nada a nuestros amigos lectores, es mas, existe un número de personas opuestas a este tipo de publicaciónes. Por tanto, primera y probablemente última vez que se trata este tema, aun existiendo peticiones informales que parecen ser la inmensa minoría, si es que una minoría pudiera ser inmensa.


Segunda: el 73,8889%... vaya hombre, contigo el porcentaje cambia. Ahora es el 73.8999% de los lectores que empezaron a leer esta entrada no la terminaron por aburrida, lo que refuerza mi teoría de que un mínimo de delirio es un aliciente añadido e indispensable para la lectura de textos insustanciales como los hasta ahora publicados. A su vez, un 6,36% no comenzó la lectura al no encontrar ningún elemento gráfico relacionado con el bonsái.


Con lo cual, y tras analizar los resultados y conclusiones obtenidas con el estudio gráfico en el que finalmente obteníamos una punta de flecha apuntando hacia abajo, la línea editorial del blog continúa siendo la misma hasta que muera, preferentemente por falta de ideas y no de árboles. Hasta que muera el blog, no el narrador, en cuyo caso me llevaría la peor parte. Aunque creo poder estar en condiciones de decir que soy perpetuo al demostrar cada día que no muero…



-Puf… ¿Algún psiquiatra por ahí? Creo que tenéis razón, el chiflado soy yo, y empeoro por momentos.



Gracias por aguantarme 20 disparatadas lecturas.



 

Sed preferentemente buenos.





 

ITXE